Hola ¿Tiene 5 minutos para hablarle de Rockdelux? Parece que el 2020 es un año de despedidas, vemos partir artistas, negocios, iniciativas y medios, al menos como los conocíamos, al ser inviable la versión impresa, como el caso de Rockdelux, mítica revista musical fundada en 1984 en la ciudad de Barcelona.
Durante 36 años Rockdelux presentó un universo de alternativas a los lectores: la música era el hilo conductor, con objetividad y rigor periodístico profesional. Podíamos encontrar reseñas, entrevistas, reportajes, crónicas, listas, guías, libros, cómics, “fomentando debates, provocando críticas, educando con un criterio muy particular y nada complaciente” como ellos mismos mencionan en su última carta editorial impresa. La publicación funcionaba como una guía para conocer las diferentes propuestas que giran en torno a producción musical actual, sus creadores y contextos.
Fue un medio influyente a nivel internacional ademas de “una escuela oficiosa de periodismo musical y cultural”, cada mes podías descubrir a nuevos grupos independientes de todo el mundo y las últimas tendencias en varias disciplinas. Con cada número de Rockdelux venía incluido un CD con música temática, podría ser por género, época, discográficas, festivales, homenajes, lo mejor de cada año, etcétera. Su excelente curaduría descubría autenticas joyas del underground y el pop por igual en la época pre internet.
En sus últimos años el equipo de Rockdelux fungieron como asesores de festivales como el BAM (Barcelona Acció Musical), el Primavera Sound, la programación de fiestas de La Mercé y también fue franquicia del medio estadounidense Pitchfork. Para su último número la revista no informó a sus colaboradores la noticia de su adiós, una decisión que tomaron los editores con el propósito de no fomentar el exceso de sentimentalismo, así en el número 394, un especial sobre ideas para el tiempo de confinamiento hay una diversidad de textos que cumplen su cometido de manera natural y profesional, como acostumbraban en todas sus entregas, estamos presenciando el fin de una era, sin duda.
“Nos vamos con la cabeza bien alta, con la satisfacción de un trabajo bien hecho y con la tristeza de no poder seguir continuando…”