De los orígenes del rap en Hidalgo a MALEVAJE, su material más reciente
Por: Martín Rangel
Es imposible hablar de la historia del rap en Hidalgo sin mencionar a Asfalto. Mario Martínez aka Asfalto es uno de los pioneros de la cultura hip-hop en la región. Su relación con el rap inició en el año 2000, luego de encontrarse con un cassette de Sociedad Café en una feria popular en Real del Monte, lugar donde creció. En ese mismo cassette mezclado había dos canciones extra, de otro grupo, que Mario no supo identificar. Tiempo después, gracias a la revista Hip-Hop Nation puro identificar de quiénes se trataba: el grupo español SFDK. A diferencia del chicano rap callejero de Sociedad Café, a Mario le asombraron la métrica y el uso, mucho más rico, de metáforas y recursos estilísticos del grupo de la península. El conocimiento de este par de referentes bastó para desatar una obsesión por el género. Era una época en la que Internet no era lo que es hoy, y la manera que tuvo de adquirir más material de rap para escuchar fue a través de un compa cholillo que tenía en el Mercado Miguel Hidalgo, un puesto de piratería especializada en rap y ropa tumbada. Esa fue la fuente de la que bebió un joven Mario, hasta que un día en casa de una compañera de la prepa, mientras realizaban un trabajo de la escuela, miró al hermano de ella conectar un par de sintetizadores y un mic para grabar, junto a Beto Gutiérrez (Mad B) como MC, las primeras muestras de rap local que llegaron a sus oídos. El hermano de esa chica era ni más ni menos que Insano, ya leyenda de la música electrónica de la región. Para entonces Mario ya tenía escritas algunas rimas de aprendiz, y se acercó al productor para pedirle que colaboraran. Insano, con una gran paciencia, brindó las bases rítmicas de un Asfalto que ya comenzaba a delinear su propio estilo, su propia identidad musical. Era el año 2002 y los estudios de grabación no eran económicamente accesibles para un estudiante clase mediero. Con sólo un micrófono de escritorio, un programa para producir en la computadora, la pasión de Asfalto por la lírica y el conocimiento musical de Insano, el sueño comenzó a dar sus primeros frutos. Con epicentro en Real del Monte, el proyecto tomó por primera vez el nombre de Asfalto, dentro del cual cabía el trabajo lírico de Mario, pero también la colaboración con distintos músicos locales que participaban en la manufactura de las bases. Sin embargo, al ser Mario el frontman del proyecto, fue a él a quien se le comenzó a conocer por ese mote: Asfalto. Poco después, en un bar llamado La Gruta, Mario vio por primera vez rap en vivo, de la mano de las presentaciones que organizaba Tonny Dogg de Orgullo Mexicano. La experiencia de escuchar en directo y compartir escenario con grupos como H Muda, La Vieja Guardia y Caballeros del Plan G fue la vía para que Asfalto conociera a más representantes de la escena nacional y ejercitara su capacidad de rapear. La motivación era el sencillo ejercicio de expresarse, crear comunidad, y pasarla bien, sin preocuparse por la fama, los likes etcétera. El fruto de la relación de Asfalto con Marko Borbolla aka Both Flow fue la gestación del grupo Liricaz Kronicaz. Bajo ese alias dieron sus primeros shows y se enfrentaron a la cerrazón de los espacios que percibían el rap como música de pandilleros y criminales. Así, tuvieron que aventurarse a organizar sus propios eventos, con todas las dificultades que esto involucraba. En esos conciertos autogestionados, Asfalto y sus compas lograron llevar el rap y el grafitti a espacios públicos y foros culturales de distintos lugares del Estado. La intención era trasladar esa cultura hasta los ojos de la gente, y desestigmatizar el género que seguía siendo visto con malos ojos. Este esfuerzo se manifestó también, años después, en la época en que Asfalto condujo un programa de radio, a través de Radio UAEH, dedicado al género rap y la cultura Hip-Hop.
El tiempo pasó y el rap comenzó a instalarse cada vez con más fuerza en la conciencia popular, en gran medida gracias a las batallas de freestyle y la mayor exposición que el género recibía en los medios nacionales e internacionales. El proyecto Liricaz Kronicaz, que irónicamente se cimentó en la estética del hardcore rap, comenzó a ser un crisol de historias y distintas temáticas (el amor, la vida, la realidad social, etcétera) que insistía en demostrar que no todo el rap era necesariamente una apología de la violencia. El dúo hidalguense se convirtió en una de las semillas y precursor del rap en la región. La evolución de Both Flow y Asfalto sucedió paralelamente a la evolución del género en nuestro país y el mundo. Vieron pasar distintas modas pasajeras, el primer auge del reggaetón, la llegada del trap, y a pesar de que la tendencia era montarse en esas etiquetas para ganar popularidad o billetes, ellos decidieron ser fieles a su esencia: crear música que resistiera el paso del tiempo, con ritmos de una producción cada vez más cuidada, y una lírica rica en recursos retóricos y contenidos. En este momento está en la red una mixtape recopilatorio del recorrido de Liricaz Kronicaz, donde podemos ser testigos de su travesía, de su aventura a través del rap.
Llegamos al 2020 y Asfalto acaba de lanzar su álbum MALEVAJE, en el que figuran colaboraciones con rappers y beatmakers tanto locales como de otros lugares del país. A propósito de este lanzamiento he preparado algunas preguntas para conocer más acerca de MALEVAJE, de Asfalto, y su manera de entender la labor del MC en la esfera contemporánea.

Martín Rangel: Asfalto, cuéntame de MALEVAJE. Entiendo que es un proyecto rico en colaboraciones. ¿Por qué es importante colaborar? ¿Con quiénes decidiste trabajar en este álbum y por qué?
Asfalto: Siempre me ha gustado colaborar con amigos locos igual que yo. Creo que para que una colabo tenga una sinergia efectiva primero debe de haber química, mística. Al colaborar también se tiende un hilo de enseñanza-aprendizaje con otros emcees. Respeto y admiración por quien trabaja en acrecentar su magia lírica.
En esta lista está Apola, una chica con mucha garra y actitud que me sorprendió desde el primer momento y me acompañó en la travesía del programa Urbe Rap, el primer programa de rap en radio abierta acá en Pachuca. Luego está Mike Jenry, uno de los raperos de batalla más duros en la escena. Yayo Stone, un rap head que lo mismo rapea que produce. RVNGEL, un tipo que admiro mucho y tiene una de las mejores plumas del game. No podía faltar un guiño a la vieja escuela en el tema “Virtud” con Tonny Dogg y Nahual (Master Dogg) del grupo legendario La Mexicana. Bto Gutiérrez está en el álbum también, el primer emcee pachuqueño que me impactó en mis inicios. Draner (The Bull Noise Clan), que hace de las suyas con ese flow tan despiadado que posee. Kira y Vicman reúnen su talento en un cónclave reggae llamado “Otro sol”, mientras Puma Báez, multi instrumentista, colisiona su talento junto a André Mendoza en el sax, Aldebarán Carrasco y Nacho Lozano en la guitarra. Por último, no quisiera omitir la colaboración con Yess Martínez (Ella) y Josué Godínez en la versión acústica de “Dragones de Origami”.
En los beats tenemos trabajos de Ese-O, Akhaly de Aguascalientes, JH5, Dj Sonicko, BradeH (Gundam Machete), RTTC Commite de Chile, Insano, Ruido Lofi, Itzam, Saíd Zuñiga y Johnny B. Goode.
M.R.: ¿Existe un hilo conductor o un concepto detrás de los tracks que integran MALEVAJE? ¿Cuál fue el pretexto que permitió que específicamente esas canciones integraran el proyecto?
A.: Realmente es una compilación de temas, un mosaico, una colección de momentos de mi vida que me motivaron a escribir raps, yo lo veo así. El tema más antiguo del compilado tendrá unos nueve años y de ahí pal´ real, incluso agregué un track bastante bizarro, se llama “Filosofo de la calle”, lo escribí como catarsis al momento que se vivía en la escena en aquellos años. Lo hice a manera de juego burlón. Estaba perdido en la memoria de una Pentium III viruleada y luego fue reencontrado en un CD de respaldo. Lo enchulé con un skankin´ que le metió el Vicman y lo subimos como testimonio de un buen recuerdo.
M.R.: ¿Por qué lanzar un álbum en una época en la que pareciera que el negocio está en los sencillos?
A.: Ya me siento viejo (risas). Siempre quise hacer un disco con muchas rolas. Y había más, pero elegí las que más me apetece escuchar. Se acumuló mucho material a través de los años y simplemente decidí compartirlas. Puede sonar mediocre o como gusten llamarlo, pero para mí esto no es negocio, simplemente es una válvula de escape a mi debraye, hago rap porque me gusta hacerlo, sin mayor pretención.
M.R.: ¿Es cierto que todo álbum representa un fragmento de la vida de quien lo realiza? ¿Cómo saliste de MALEVAJE? ¿Qué representa para ti este álbum en tanto experiencia vital?
A.: Claro. Como te comentaba, cada tema tiene una historia detrás. Desde el crush que hago con los beats que elijo, el proceso creativo de la escritura de las rimas, hasta el momento en que me encamino al estudio para grabar los raps. Mis temas son como fotografías de momentos específicos de mi vida. El rap siempre me ha arropado cuando he estado solo, nostálgico, iracundo o alegre. Como muchos otros, el rap es mi terapia introspectiva, mi bálsamo en todo momento.

M.R.: Platícame sobre Club de Hip Hop Pachuca, ¿de qué se trata el proyecto?
A.: Es un colectivo semi-formal. Lo integran prácticamente los mismos vatos que te vas a encontrar en los eventos de Pachuca. Claro, homies que en lo personal admiro y respeto, y que han invertido mucho tiempo y esfuerzo en pulir su producto final, logrando consolidar su música en nuestro underground. Quise aglutinarlos bajo el concepto de Club de Hip Hop Pachuca y así echarle más gasolina al fuego para representar al hip hop hidalguense con autentico rap de calidad.
M.R.: ¿Consideras que el rap local ha alcanzado un nivel de madurez en cuanto a su calidad y su penetración en la sociedad hidalguense y más allá? ¿Por qué?
A.: Es complicado. Estamos en ese proceso de desarrollo. Si bien es cierto que hemos crecido enormemente en cuanto a producciones, beatmaking, visuales, shows y calidad en general, creo que en contenidos seguimos siendo una minoría que difícilmente ve más allá de sus propias narices. Considero que, a pesar de la cercanía con MiEdoMex y CDMX, aún nos falta volarnos más, pero sí que contamos con la calidad suficiente como para brincarnos la tranca.
M.R.: ¿Qué opinas del trap? ¿Crees que se han perdido los valores que representaba el MC cuando comenzaste tu carrera? ¿Crees que existe un vacío lírico en la escena global del género urbano? ¿Cómo vives esa evolución? ¿Te adaptas o huyes de ella?
A.: El trap es punto y aparte, considero que es toda una subcultura que no podría analizarse con los mismos lentes con los que miras al hip hop. Se trata del producto de una generación que se ha desarrollado de forma diferente, lejana al discurso de los viejos elefantes sagrados y sus cuatro elementos. Considero que los vacíos líricos siempre los ha habido, pero bendita sea la diversidad, pues hay público para todos. Hay gente que gusta de estribillos pegajosos y gente que adora el rap de contenido e historias, y lo mejor es que hay exponentes que producen lo que la gente quiere oír.
En los tiempos en que no existía el trap había mayor recelo hacia aquellos emcees que pasaban del boom bap al reggaetón. Eran mal vistos por el limitado círculo de rappers locales. Cosas de chamacos intolerantes a lo nuevo. Así comenzó a suceder con el trap, pero mira: estamos inmersos en una continua evolución de la música urbana. Nada nos obliga a entender esa evolución. Conócela y pasa de largo si no llena tus oídos.
M.R.: ¿Cuál es el futuro que auguras para el género urbano tanto en la escena local como en la mundial? ¿Hacia dónde consideras que se dirigirá el movimiento?
A.: Habrá para todos. En la escena local cada género tiene su nicho, sus seguidores y sus artistas. Ahora es más fácil dar a conocer tu trabajo y exponerlo, pero claro, el talento no lo tienen todos. Muchos quieren fama, likes y atención cuando no tienen nada de peso que ofrecer a los escuchas.
Una gran mayoría quiere calcar la imagen y el estilo de los artistas del mainstream pero todo se queda en eso, en ser unas simples copias de los artistas a los que la industria se encarga de exprimir y luego tirar al bote de la basura. El movimiento va en dirección a la independencia, en pro de la libertad creativa y eso me da mucho ánimo.
M.R.: Desde tu experiencia en la materia, ¿qué le aconsejarías a las personas que quieren comenzar a hacer rap o a producir beats, o que recién están comenzando a hacerlo?
A.: Que liberen su mente para poder crear, que vean más allá de un simple concepto y se atrevan a expresar. A diferencia del pasado, hay mucho material en internet que puede motivar y estimular la creatividad de aquellos a los que les atrae la cultura.
M.R.: ¿Cuál es el siguiente paso que dará Asfalto, tanto en solitario como con Liricaz Kronicaz? ¿Qué proyectos vienen en camino?
A.: El camino es el mismo: el rap es mi escaparate, la forma de equilibrar mi rutina de adulto contemporáneo, de hablar de lo que veo a diario, jugar con metáforas, abstracciones, contar historias, rimas juguetonas, facilonas o complejas. Todo lo que conlleva la creación de un universo lírico y la destrucción de estereotipos cuadrados. Ahora mismo estoy a la mitad del proceso creativo de un EP llamado Ad Honorem. Lo integrarán cinco tracks producidos por JH5 en los que resumiré el universo que palpo. La misión sigue siendo la misma: crear para no morir.